La
presente versión castellana no puede ser más que un intento sincero, serio y
cariñoso, si bien necesariamente imperfecto, de dar al lector de habla
castellana una visión e idea lo más aproximadas posibles de lo que es la obra
alemana del Maestro Eckhart. Ya se ha mencionado lo difícil, si no imposible en
algún caso, que ha sido establecer los textos genuinos de modo que, incluso a
un conocedor tan profundo como es el profesor Quint, no le ha sido posible dar
en cada caso soluciones absolutamente seguras en cuanto a la fidelidad de los
textos. Pero sí ha logrado, con los mejores métodos filológicos e
interpretativos, establecer versiones convincentes. Si se agrega a este hecho la
relativa, o efectiva, «oscuridad» de todo escrito místico, su mensaje «inefable»,
entonces se comprende lo osada y a veces insatisfactoria que resulta la empresa
de trasladar a otro idioma lo pensado e intuido por una personalidad religiosa
cuyo vuelo espiritual lo conduce a alturas inaccesibles para nuestra limitada
comprensión. Sólo puedo desear que haya conseguido superar algunos de los
escollos que en semejante caso se presentan al traductor.
La
traducción castellana se basa en la edición crítica de Quint ante cuya labor
erudita siento la más honda admiración. Sin este fundamento de inapreciable
valor, habría sido imposible —con los modestos medios a mi alcance—
realizar la tarea. He consultado los textos, tanto en alto alemán medio como en
alemán moderno. En varios casos sólo la versión medieval me ha permitido
hallar la exacta formulación castellana, mientras otras veces he sacado amplio
provecho de la traducción explicativa en alemán moderno hecha por Quint. También
han sido muy útiles las pruebas de textos latinos traídas por Quint, ya que
sobre esta base he podido encontrar algún que otro término en castellano. Cabe
señalar que las palabras agregadas por Quint (en su versión en alemán
moderno) o por mí van entre corchetes. En el primer caso se trata generalmente
de complementos o aclaraciones necesarias, en el segundo, de agregados
requeridos por la sintaxis castellana. En algunos casos el uso del texto
medieval ha permitido omitir en castellano agregados necesarios en alemán
moderno. He creído oportuno conservar una peculiaridad del estilo alemán de
Eckhart: la de pasar, dentro del mismo contexto, de la tercera persona a la
segunda.
Una
palabra aparte merece la traducción de los textos bíblicos. Como Eckhart usa
las citas sacadas de la Sagrada Escritura con gran libertad, adecuándolas a
menudo a determinado propósito de interpretación espiritual, he optado por
traducirlas directamente, tal cual, del alto alemán medio, lo que implica que,
a veces, se alejen un poco de las versiones acostumbradas. En algunos casos he
usado íntegra o parcialmente la versión del Nuevo
Testamento del R. P. Felipe de Fuenterrabia, Estella (Navarra), Ed. Verbo
Divino, 1971. En otras ocasiones me ha ayudado consultar el texto latino de la Vulgata,
en el cual se basaba Eckhart.
Lógicamente,
hay una serie de palabras fundamentales que ofrecen dificultades de menor o
mayor grado para la traducción, máxime porque el valor idiomático en algunos
casos se distribuye a través de un «campo lingüístico» bastante extenso y
aun diferente del lenguaje cotidiano y del uso moderno. A guisa de ejemplo
indicaré a continuación algunos de los términos más importantes y los
vocablos utilizados para su reproducción en castellano.
bekantnisse
(Erkenntnis en alemán moderno) y verstantnisse
(erkennen, Verstándnis en alemán moderno), se ha traducido por conocimiento.
vernünfticheit
(Vernunft en alemán moderno) (intellectus, intelligentia en latín) reza
en traducción castellana entendimiento, de
acuerdo también con la usanza de los místicos españoles del siglo de oro.
gemüete
(Gemüt en alemán moderno) constituye una valla casi insuperable para el
traductor.
En
primer término, hay que señalar que la palabra medieval tiene un significado
algo distinto del que se le da en alemán moderno. En Paul, H., Deutsches
Wifrterbuch (5ª ed. a cargo de Werner Betz) Tubinga, Max Niemeyer, (1966,
p. 244) se anota sobre la voz Gemüt: «Originariamente,
significa el conjunto de las potencias anímicas y se lo concibe tan sólo en un
tiempo relativamente tardío como sede de la sensación íntima». Y en Kluge/Gótze,
Etymologisches Wörterbuch der deutschen
Sprache, (Berlín, Walter de Gruyter, ed. 14ª, 1948) se define (p. 405 bajo
Mut): «gemüete en alto alemán medio
[…] significa originariamente, como nombre colectivo de «Mut», el conjunto
de pensamientos y sensaciones». El propio Eckhart, así como otros
predicadores, por ejemplo, Tauler, ha usado gemüete para mens latina, (voØH
griego). Véase lo dicho al respecto por Wyser, Paul «Taulers Terminologie vom
Seelengrund» en: Ruh, l. c. pp. 324 a
352, donde el mencionado autor se refiere también extensamente al significado
de gemüete.
Sin
embargo, en castellano he usado sólo algunas veces el término mente, cuyo significado parece más reducido que el de mens
latina. En otros contextos he optado por ánimo
de acuerdo con la definición dada por el Diccionario
de la Real Academia Española que es, entre otras, la de «Alma o espíritu
en cuanto es principio de la actividad humana», y «fig. atención o
pensamiento». En Julio Casares, Diccionario
ideológico de la lengua española (Barcelona, Gili, 1959) se encuentra
también como una de las acepciones de ánimo «imaginación, pensamiento».
Naturalmente,
la solución no es satisfactoria si se piensa en el valor muy típico de la
palabra alemana, y al leer las voces «mente» o «ánimo» hay que tener en
cuenta el significado arriba señalado de «gemüete».
geschaffenheit
o también crêatiurlicheit (vocablo
que aparece en el sermón 40) se refiere al carácter de creado, la cualidad de
ser creado y las cosas creadas en su totalidad y esencia. Entiendo que
corresponde en castellano al neologismo filosófico «criaturidad» que he
empleado en casi todos los casos.
glîch
(y también el verbo glîchen y
el sustantivo glîcheit). El
significado va desde semejante hasta igual.
Quint (tomo I p. 107 s. nota 2) señala que, en su opinión, Eckhart, en sus
textos latinos, usa indiferentemente los términos similis,
aequalis y par como
correspondientes a glîch en alemán.
Esto parece justificar los diferentes vocablos usados en la versión castellana.
înbilden
(einbilden en alemán moderno), entbilden
y überbilden. Se trata de neo-formaciones hechas por Eckhart. Es de señalar
que înbilden no tiene la acepción de
einbilden moderno. Para la traducción
se han usado las siguientes soluciones:
înbillden
= in-formar, formar o imprimir
la imagen;
entbilden
= quitar la imagen o desnudarse
de ella;
überbilden
= transformar en la imagen, de
acuerdo con la correspondiente formulación latina que reza: «in eandem
imaginem transformantur» (Cfr. Quint, tomo II p. 254 nota 1).
minne
(en alemán moderno Liebe). El Maestro Eckhart usa la palabra antigua
(minne) tanto para referirse al amor como a la caridad. Por ende, he traducido minne
por amor. Se desprende con facilidad del contexto cuál de las dos
acepciones corresponde.
nû.
Esta voz corresponde a «nun» = «ahora, en este momento», pero
significa también el «nû» eterno donde el tiempo ya no existe. He traducido
este nû eterno por «ahora» (entre
comillas). Véase también la explicación que da Eckhart en el sermón 9 (II)
que figura también en esta Introducción. En algunos casos, fácilmente
reconocibles, «ahora» puede significar también el momento temporal.
sîn
y wesen (Sein y Wesen en alemán
moderno). De acuerdo con lo señalado por Quint, (en: Deutsche Werke 1955, p. 538) y Maria Bindschedler («Zu den
deutschen Seinsbezeichnungen bei Meister E.», l. c., pp. 493 a 497) Eckhart usa casi indistintamente sîn
= ser y wesen = esencia. «Eckhart usa para “ser” ora “sîn”, ora
“wesen”» (Bindschedler, p. 497). La misma autora señala (p. 495) que la
rigurosa diferenciación entre esse y
essentia se ha impuesto en la escolástica en idioma alemán, mientras que
parece faltar en la mística en alto alemán medio, lo último de acuerdo con lo
comprobado por Kurt Ruh.
En
algunos casos podría haber un aumento de intensidad en la siguiente graduación:
sîn - wesen - isticheit
(Cfr. Bindschedler p. 596). Este último término aparece solamente raras
veces y correspondería a quidditas latina.
Significaría una intimidad, una intensidad del ser. Por ello he traducido el
vocablo «isticheit» por «esencia primigenia». En cuanto a sîn
y wesen, que Quint traduce por Sein
= esse me he dejado guiar en lo posible por el contexto. Interesa añadir
que el propio Eckhart escribe una vez (I, p. 106) «La diferencia entre el ser y
la esencia se entiende como lo Uno y es Uno; solamente allí donde ello [es
decir lo Uno] no permanece dentro de sí, allí recibe, posee y produce
diferencia». En su artículo «Mystik», l.
c. p. 557, Quint explica: «esse y
essentia, ser y ser-así coinciden en
Dios”.
ûzbruch
(Ausbruch en alemán moderno) ûzvluz
(Ausfluss en alemán moderno) durchvluzze.
Según
Quint, (Predigten, tomo II. 363 nota
3) la voz ûzbruch corresponde a processio,
processus en latín. La he traducido por efluvio
violento para dar una idea de la fuerza con la cual el vocablo alemán
caracteriza el proceso de salir de su origen.
ûzvluz,
en cambio, designa claramente la emanación.
Véase a este respecto también lo dicho por R. Harder en su Epílogo a la
edición de Plotino, Ausgewählte
Schriften, l. c. p. 263, donde el afamado estudioso de Plotino señala que
para éste «todos los escalones y toda la realidad al fin han procedido de lo
Uno… Esto se llama “emanación”, para el Maestro Eckhart tenía el nombre
de “usflus” (sic)».
durchvluzze
se ha traducido por atravesamiento en
castellano.
wîse
(Weise en alemán moderno) a diferencia del adjetivo wîs(e) = sabio, designa
en Eckhart sobre todo el modo de ser, de comportarse, la peculiaridad y el medio
por el cual se trata de avanzar por el camino espiritual. Eckhart explica con
frecuencia que el modo en sí tiene importancia únicamente cuando constituye
una ayuda efectiva para el individuo. Pero, al mismo tiempo advierte que en
Dios, propiamente dicho, no hay wîse como
tampoco hay tiempo ni espacio. En castellano he empleado la palabra modo
para wîse, de acuerdo con la usanza de Santa Teresa de Jesús.
No puedo terminar esta introducción sin expresar mi más sincero agradecimiento por la ayuda recibida de Inter Nationes (Bonn-Bad Godesberg) por intermedio del Doctor Hans-Joachim Wulschner quien me hizo llegar los tres tomos de la edición crítica de las obras alemanas de Eckhart así como algunas fotocopias necesarias para mi cometido. Tengo una especial deuda de gratitud tanto con el Dr. Wulschner como con el Prof. Dr. Dr. h. c. Dr. h. c. Hugo Moser de la Universidad de Bonn por la ayuda y el estímulo que me prestaron para que esta traducción se publicara.
A la Profesora Rosa Pastalosky le agradezco algunas advertencias relativas a la traducción después de que ella leyera con infatigable paciencia todo el tiposcrito.
Buenos Aires
Pascua de Resurrección de 1977
Ilse M. de Brugger